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Sociedad - 117. página

Tecnología y sociedad

La tecnología… da para todo

Dos noticias en el diario del fin de semana:

– Una empresa española ofrece una de las últimas novedades en materia funeraria: el «último mail». Se trata de un postrero y definitivo correo electrónico. Quien quiera que ese correo sea enviado debe pagar mensualidades hasta el día de su muerte, y la empresa se ocupará de enviar el mensaje a las direcciones que el recién fallecido entregó en vida.

– En Japón se lanzó al mercado un teléfono que posee una cámara de visión nocturna, gracias a un filtro que, según dice la empresa, permite además ver a través de la ropa de la gente.

Se supone que son noticias serias, publicadas en un medio serio…

Como diría un publicitario amigo, en materia de productos los estúpidos no son los que hacen u ofrecen cosas estúpidas, sino los que las compran. Esa parece ser una nueva «Ley de Murphy», que desde siempre ha impregnado al bendito mercado; la tecnología no parece ser la excepción.

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Siempre dudando…

Suele suceder con algunos jefes, directores, encargados y demás personajes en puestos de ¿responsabilidad?, que tienen la ferrea convicción de que algún problema siempre habrá con nosotros, y por eso están obligados a tratarnos como sospechosos eternos.

Siempre la duda, la observación vigilante, la mirada furtiva en busqueda de actitudes «sospechosas»; en definitiva, el maltrato constante y gratuito.

Hace poco estuve en una reunión en la que el responsable trató a los presentes, profesionales y docentes, como niños maleducados y descuidados.

Este trato paternalista invade cada acto de los que tienen poder (por pequeño o grande que este poder sea; ya sea un director de escuela, un politico, u otro). Sucede con el chofer de colectivos que en su pequeña dosis de poder no se detiene y te deja a pié (ese es su espacio de poder); con el municipio que pone «lomos de burro» en cada calle para que algunos no corran y los demás rompamos el auto; con el inspector de tránsito que tiene el poder de retenerte y hasta mandarte al corralón si lo desea (ni hablar de justicia…).

Considero que todas las personas tienen derecho a demostrar quienes son, que pueden hacer, que intenciones tienen, y a la luz de los resultados evaluar sus desempeños. Bajo sospecha nadie da su mejor esfuerzo.

En todo caso habría que revisar los atributos de conducción de aquellos que ocupan cargos de poder, para saber si realmente saben tener gente a su cargo, o sólo buscan el oropel de la posición y el poder sobre esclavos genuflexos.

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Escribimos más, pero… ¿mejor?

Los analistas del fenomeno internet de estos tiempos dicen, con razón, que el correo electrónico y el chat lograron recuperar para la humanidad (al menos para el porcentaje que puede acceder a internet) el hábito de la escritura.

El acto de escribir siempre fue común a las relaciones entre las personas; existen bibliotecas completas de libros conteniendo el registro del intercambio epistolar entre próceres, escritores, amantes, gente común, y más. Así que ver a tanta gente escribiéndose simultaneamente de un rincón a otro del planeta es ciertamente alentador, sobre todo después de un período en el que parecía que la gente dejaba todo para mirar la tele, y suplía con el teléfono los brevísimos y escasísimos contactos necesarios.

Si, es cierto, se escribe más, pero no mejor.

Cada día recibo correo con increíbles faltas de ortografía, o con una sintaxis digna de un chino hablando quechua (esto dicho con todo respeto hacia ambas culturas). Y hablo de gente preparada (eso dicen). Gente grande, che.

Así que, humildemente hago un modestísimo llamado todo aquel que escribe y envía un correo electrónico: no sólo escribamos más; también hagamos un esfuerzo por escribir mejor.

A pesar de los medios y, sobre todo, de la tele.

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Internet, seguridad y sociedad

En una muy interesante serie de artículos publicados por el diario Clarín, de Buenos Aires, se trata extensamente el tema de la seguridad informática; los delitos que se cometen y cómo proteger la privacidad.

En nuestro sitio Tecnología para Todos, en la sección «Guía de navegantes» los hemos condensado y reproducido en un par de artículos («La nueva trampa de internet» y «Delitos informáticos») para provecho de nuestros visitantes. Recomendamos leerlo para estar al tanto del tema y no «caer en la trampa» estando desprevenidos. Hemos publicado también, en la misma sección, otros artículos con recomendaciones y sugerencias al respecto.

Estos artículos además disparan una serie de pensamientos y conceptos, que para quienes trabajamos en el mundo de la tecnología e internet no son ideas menores.

Internet no es sino el reflejo mismo de lo que las personas pueden hacer. Fué creada y es usada por personas, y tiene las mismas grandezas y miserias que experimenta cualquier comunidad. Sin embargo, quienes se aventuraron a ver «un mundo nuevo y diferente» a partir de la masificación de internet son quizás los más defraudados en esto, porque se equivocaron.

Lo que sucede en internet es el calco de lo que sucede en la calle: inseguridad, delito, etc., pero tiene el agravante del anonimato y la anarquía. No estamos propugnando la eliminación de las libertades individuales; nada más alejado de nuestros ideales, pero es evidente que el hombre pequeño no sabe que hacer con sus libertades.

Por otro lado, jamás en la historia de la humanidad hubo tanta información disponible tan abierta y libremente: se pueden ver y leer cosas que de otro modo serían de muy difícil o imposible acceso, con una riqueza excepcional. Pero. Siempre hay un pero. En una estadística muy «casera» podría decirse que esto representaría un muy bajo porcentaje del total. ¿Cuanto? ¿Un cinco, diez por ciento? Tal vez sea mucho. El resto es basura: virus, estafas, pornografía, mentiras, y varios etcéteras más.

Pero no por eso debemos confundir el medio con el fin: internet es una herramienta fantástica, única. Con los recaudos de seguridad apropiados, por molestos que sean, se puede sacar un provecho importante de su uso. Por otro lado, no es la única herramienta: no nos olvidemos de la importancia de una buena biblioteca u otros materiales de lectura, que pueden complementar y aun verificar, la información obtenida en la red.

Y habrá que terminar de entender que el ser humano es asi. Ha buscado, luchado, guerreado por la libertad. Pero no siempre sabe que hacer cuando la logra. Es una cuestión, entre otras cosas, de educarse para la libertad.

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¿Que puede hacer una computadora?

Tengamos en cuenta primero lo que NO puede hacer: por obvio que parezca, una computadora no piensa; una computadora no toma decisiones por sí sola, y mucho menos las decisiones que usted debe tomar, así que nunca deje que ella tome el control poniéndolo nervioso por lo que no sabe, o frustrado porque nada funciona.

Una computadora SI puede: procesar grandes cantidades de información en un tiempo muy corto, sin cansarse (otra obviedad), y con solo programarla por medio de un conjunto de instrucciones adecuado.

¿Que significa procesar información? Significa que la computadora puede darle cierto tratamiento a los datos suministrados por alguien para generar nuevos datos. El ejemplo más sencillo es cuando usted digita dos números y la computadora le responde con un tercero que es la suma de los anteriores. Por definición, entonces, y en términos generales, una computadora es un dispositivo electrónico capaz de procesar información de acuerdo a instrucciones previamente dadas por un operador.

Usted seguramente recuerda esa especie de “duelo de titanes”, la partida de ajedrez entre el campeón Gary Kasparov y la computadora Deep Blue de IBM en 1997, ganada por esta última. Más allá del fenómeno publicitario y económico que significó para los involucrados (no para usted ni para mi), podría constituirse en el paradigma de la fantasía que impregna el pensamiento de algunas personas: la máquina venció al hombre.

La realidad es que Deep Blue no hizo otra cosa que la que debía hacer: contando con todas las jugadas y variantes posibles almacenadas en su memoria, las combinó a una velocidad increíblemente alta y las presentó al operador humano, quien efectuó las jugadas. En todo caso, parece que Kasparov perdió la partida por esa cosa que los seres humanos a veces tenemos, gracias a Dios: se puso nervioso.

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Contacto real.

Si colocás una opción de contacto en tu sitio web, debés asegurarte que leés los mensajes y los respondés.

Es muy frustrante para quien hace la consulta no ser respondido jamás, y es muy probable que no sólo no te escriba más, sino que recurra a alguien de la competencia, y pierdas definitivamente la posibilidad de crear un vínculo con el navegante.

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