En ocasiones, es preferible estar callado y parecer tonto que abrir la boca y despejar todas las dudas.
Groucho Marx
En la versión digital del diario Clarín se publica hoy un artículo titulado «Barreras en el siglo XXI: escuelas analógicas para estudiantes digitales», de contenido francamente revelador. Con formato de reportaje, así se nos introduce al tema en cuestión:
Entre los desafíos del sistema educativo, que incluye temas tan ásperos como el hecho de que en nuestro país sólo el 48 por ciento de los adolescentes termina la secundaria, la distancia entre docentes y alumnos que impone la tecnología sigue sumando kilómetros. Chicos que aprenden a leer y escribir con el MSN, que navegan horas en Internet, que entablan relaciones virtuales a cada click, que pasan horas con una consola de juegos y que luego, en la escuela, se encuentran con el mismo mundo que encontraba una generación anterior, que no era digital y que de Internet, ni noticias.
¿Qué impacto tiene esto en la relación docente alumno? ¿Qué se puede hacer desde la política educativa? ¿Qué lugar darle en el aula al entretenimiento, fetiche de este siglo?
A esta y otras preguntas responden Juan Carlos Tedesco, ministro de Educación argentino; Mónica Jiménez, ministra de Educación chilena; y María do Pilar Lacerda, secretaria de Educación Básica de Brasil.
Analicemos los discursos, comenzando con Tedesco: