Recibí una queja por el diseño de nuestro sitio. Como toda opinión, muy valiosa y respetable. Era en realidad un detalle menor y tenía mis razones, así que me dispuse a explicarselas a la persona en cuestión.
Pero cuando quise responderle, el mail me volvió. Uds. pensarán que fuí muy ingenuo, y tal vez tengan razón, pero sigo prefiriendo la discusión abierta y de frente (que no es lo mismo que «frontal»), y esperaba eso.
La crítica anónima no sirve de mucho, porque no permite responder y aclarar dudas o, al menos, agradecer. Si me escribìs, dejame abierta la posibilidad de responderte para dialogar, discutir o agradecer la molestia.