Muchos espacios, una misma idea. Esto pensaba mientras reactivaba mi cuenta en MySpace, sólo por el placer de compartir afinidades y gustos con amigos músicos.
Las redes sociales como MySpace -por mencionar alguna-, en ocasiones suman, en otras restan; puede suceder que dividan. Pero a mi me gustan las que multiplican.
Puede parecer pretencioso, pero con el tiempo creo estar descubriendo cuales son los términos de estas operaciones: suman, cuando hay una idea en común o gustos compartidos. Restan, cuando sólo eso las justifica. Dividen, cuando los egos ebullen. Pero insisto: a mi me gustan las que multiplican, porque agrupan voluntades.
Voluntad es más que ganas, porque no se trata de sólo un estado de ánimo sino que se alimenta del compromiso también. Y no hablo del compromiso de las grande causas, sino del pequeño y gradual compromiso que se asume cuando se empieza a pensar en el otro, en hacer las cosas bien, con «polenta».
Aunque no siempre salen bien, claro.
Pero en este cálculo entra también la autocrítica, no la que paraliza sino la que nos permite revisar, corregir, borrar y escribir la historia de nuevo.
Esa es mi idea de red. Por eso sostengo tantos espacios tan diferentes. Y por eso escribí en mi perfil:
«Los espero en cualquiera de ellos para compartir un ‘mate virtual’…
Los afectos también son parte de mi voluntad.