La inteligencia humana es limitada, pero la estupidez no tiene límites.
(Leído en la Revista Humo(r) en aquellos lejanos ’70)
Resulta que un fotógrafo llamado D.J. Shulte tomó una bella fotografia de un paisaje bucólico. Resulta también que a los cráneos que diseñaron el sitio web de Lamar Smith, principal propulsor de la ley SOPA, se les ocurrió que podían usar esa foto sin siquiera preguntar. Vaya paradoja: si la ley SOPA estuviera vigente, habría bastado con una denuncia del fotógrafo propietario de los derechos de propiedad intelectual para clausurar el sitio de Lamar Smith.
Según informa hoy DiarioTi, si bien Shulte no realizó la denuncia formal por este acto de piratería perpetrado por Smith, en declaraciones al blog Vice Beta condenó el hecho de que la fotografía en cuestión fuese usada como fondo de una imagen del sitio del congresista sin haber pagado por su uso y sin al menos mencionar el nombre del fotógrafo.
Este caso inspiró a los autores de Vice Beta a lanzar una iniciativa titulada «Cacería de Hipócritas de SOPA», con la que buscan detectar violaciones similares por parte de los otros 31 impulsores del controvertido proyecto de ley.
Es lo que llamaríamos «una cucharada de su propio veneno».