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fin de año

Una fiesta de color en el año nuevo

En la tarde-noche rosarina y como cada año desde el 2008, el Parque del Monumento a la Bandera recibió una multitud para la fiesta con la que Rosario le da la bienvenida al nuevo año.

En el río la «Caravana de los Deseos», un raíd náutico en el que participan todo tipo de embarcaciones desde veleros hasta cruceros, incluye el momento en que se arroja al río un cofre en el que la gente previamente deposita sus deseos y sueños para que lleguen a buen puerto, según cuenta la tradición.

En el aire, exibiciones de paracaidismo y de aviación. Y en tierra, junto al muelle y al Monumento, el entusiasmo popular acompañando los fuegos artificiales con aplausos y emoción. Además se premiaron tres naves, cada una en su categoría, por mejor decoración.

Aquí, tres momentos de la fiesta:

El cielo anticipando la fiesta

La multitud y el Monumento bellamente iluminado como fondo

Los fuegos iluminaron el cielo rosarino

Al gran pueblo rosarino, salud y los mejores deseos para este 2011 que estrenamos.

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Saludos y felicidades, amigos

Año que se fue rápido, este.

Yo sigo con mi vieja costumbre de no hacer balances -esa cosa culposa muy a nuestro estilo argentino que se parece mucho a la de tomar café con edulcorante luego de una cena pantagruélica. No se puede parar, sólo sirve continuar y crecer en lo que fue bueno y arreglar -o abandonar- lo que no sumó, aportó o cumplió su ciclo. Porque la dinámica de la vida no sabe de calendarios, sólo continúa. Nadie moriría en Navidad, si no.

Así que, haciendo honor a algunas convicciones que me sumó la docencia, sostengo también en este plano de la vida eso de que la evaluación es parte del proceso -se evalua a medida que se va viviendo, por caso.

Si estas fiestas sirven además para recordarle a determinadas personas lo importantes que son para uno, eso está bueno también. Pero si no se lo recordamos nuevamente en enero, en febrero, en marzo y a lo largo del año, sólo se trató del estallido emocional resultante de haber sucumbido ante la publicidad lacrimógeno-navideña, que nos dice que el amor se demuestra según el monto de la compra, lo canchero del regalo o el índice de sensibilidad navideña en la que fuimos entrenados.

Hablando de regalos, creo que el mejor regalo es un buen libro. También está bueno regalar lo que el otro necesita -implica haber pensado en el destinatario- o lo que tiene algún sentido o significado compartido importante.

Bah, ya está.

Toda esta perorata es simplemente para desearles felices fiestas y un comienzo de año fantástico a todos los que, sabiendo hacer buenos regalos, me ofrendan cada día y desde hace casi 7 años el placer de compartir este espacio, intercambiando experiencias de vida y aprendizajes.

¡Saludos y felicidades!

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Año nuevo. Chiche. Amplio. A estrenar.

Como cada año, en este tiempo se renuevan expectativas.

Uno, porque está vivo, quiere seguir, crecer -aunque ya esté grande-, mejorar, continuar.

Uno quiere también que el milenio que le dijeron comience de un vez por todas porque, contrariamente a lo que se decía sobre las ventajas de entrar al siglo XXI, no se ve nada, todavía.

Con sólo cinco añitos, el siglo favorito de la ciencia ficción ya ha mostrado demasiada destrucción y terrorismo y catástrofes y mucha muerte.

Muchos de los avances tecnológicos, sobre todo los relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación, sólo siguen trayendo más desigualdad, ampliando la brecha entre los que pueden y los que no, en flagrante contradicción con lo que la tecnología debería lograr para el hombre.

Aumentan las cifras de un sida que le encontró la vuelta a su supervivencia de la mano de laboratorios voraces y gobiernos apáticos, mientras más gente mira en las vidrieras -y sólo eso- los precios de DVDs y fantasías varias.

«Dale, empezá pronto», le digo al 2006. Este 2005 fue largo, pero pese a su resistencia a dejarnos intentarlo de nuevo, como a cada año, le llega inevitablemente su fin, gracias a Dios. Ahora llega otro, nuevito, a estenar.

Hagamos algo bueno con este 2006 que comienza.

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Se va terminando el año…

Este es nuestro segundo saludo de fin de año desde Tecnología para todos.

En unos días, el 21 de diciembre, cumplimos un año como proyecto independiente, porque Tecnología para todos comenzó mucho antes como un apéndice tecnológico de otros sitios, pero que finalmente tomó vuelo propio como una alternativa, de las tantas que hay, de acercamiento claro y simple a las complejidades de las tecnologías actuales, y una visión crítica de su evolución histórica a modo de revisión.

Una de las observaciones que se nos hicieron inicialmente, fue que el sitio tenía una clara orientación hacia las TIC -reconozco que es una «deformación profesional»-; por esa razón y para no acotarnos a una única área de abordaje del tema, intentamos «abrir el juego» incorporando una perspectiva amplia de los avances, los alcances y, por qué no, las contradicciones de sus muchas ramas y expresiones. Sin limitarnos ni restringir la mirada.

No es mucho lo que logramos, porque el recorrido es arduo y accidentado, pero es importante. Hay algunos pequeños logros que nos alientan y nos encaminan. Hemos recibido el apoyo de personas e instituciones importantes (algunas desde lo formal, otras desde lo afectivo; todas meritorias) y eso nos dice que estamos haciendo. Estamos avanzando. Estamos creciendo.

A todos los que ayudaron, aportaron, criticaron (con onda…), aconsejaron, sugirieron, colaboraron, se prestaron, aguantaron, etc. etc., muchas gracias. A nuestros entrevistados, gracias por sus valiosos aportes y su paciencia.

Y hay varias personas a las que les debo mucho: a Luis Doval, enorme; a Sebastián y Horacio de e-ducativa; a Gustavo por sus consejos periodísticos; a mis colegas docentes que apoyaron y aportaron; a mi familia que tomó al proyecto como propio, en particular mi hijo Gabriel que me soporta cuando me gana la urgencia.

Finalmente, a las casi 5000 personas que nos visitaron hasta este momento, por las cuales estoy muy agradecido y satisfecho, teniendo en cuenta que no vendemos nada!

A todos, muchas felicidades y un buen comienzo de año. Y como siempre, si van a regalar algo a sus seres queridos que sea algo de provecho, como un buen libro. No nos sumemos a la locura de las fiestas sino que sea un tiempo de descanso y de tomar fuerzas para el año que comienza.

¡Felicidades!

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Felices fiestas

Saludamos a todos nuestros visitantes, lectores y amigos, deseándoles un excelente comienzo de año.

Y ya que estamos (porque no puedo con mi genio), y a pesar de lo que pronostican los medios sobre el auge de las ventas de tecnología (celulares, pads, dvd, etc.) como regalos para estas fiestas, una recomendación (respetuosamente, digo, y no es que me meta…):

¿Por qué no regalar simplemente un buen libro? ¿Por qué no «regalarse» una buena compañía, para disfrutar juntos? Me gusta mantenerlo simple, porque no son tiempos de ponerse en gastos y compromisos económicos.

Por mi parte, con una tarjetita de alguien que me aprecia, me conformo.

Felices fiestas.

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