La sonda Gravity Probe B de la NASA, produjo la sorprendente confirmación de algunas de las predicciones fundamentales de Albert Einstein. Lanzado en 2004, el experimento se proponía probar dos teorías de Einstein sobre la naturaleza del espacio y el tiempo, y cómo la Tierra los distorsiona.
Las observaciones del satélite mostraron al enorme cuerpo de la Tierra torciendo de forma muy sutil el espacio y el tiempo, e incluso jalándolos hacia sí.
Los científicos fueron capaces de ver estos efectos mediante el estudio del comportamiento de cuatro esferas de cuarzo del tamaño de bolas de ping pong perfectamente diseñadas, que se transportaron dentro de la sonda. Los resultados fueron publicados en la revista en internet Physical Review Letters.
La idea de la misión fue propuesta por primera vez en 1959, pero el proyecto tuvo que esperar hasta que las tecnologías necesarias para llevarlo a cabo fueran inventadas. Francis Everitt, investigador principal de la misión de la Universidad de Stanford, se encontraba allí en el comienzo de la idea de la sonda Gravity Probe B (GP-B) a finales de la década de 1950. «Hemos completado este experimento sin precedentes, comprobando el universo de Einstein, y Einstein sobrevive», anunció el investigador.
GP-B no fue lanzada hasta el año 2004, y desde entonces el equipo de la misión evalúa los datos y para estar seguros de sus observaciones. Algunas de la dificultad del grupo han sido demostrar que algunas mediciones increíblemente pequeñas eran reales y que no estaban sesgadas por fallas introducidas en el montaje experimental.
En 1916, Einstein propuso que el espacio y el tiempo forman una estructura que podría curvarse ante la presencia de un cuerpo como los planetas o estrellas. Conocido como el efecto geodésico, se trata de la cantidad por la cual la masa de la Tierra deforma su dimensión espacio-tiempo. El otro efecto, que los físicos denominan torsión por arrastre o efecto de alabeo, es el fenómeno por el cual la Tierra gira consigo el espacio-tiempo a su alrededor a medida que gira.
«GP-B, a la vez que era conceptualmente simple, es tecnológicamente un experimento muy complejo», dijo Rex Geveden, el ex director del programa de la GP-B y ahora el presidente de Teledyne Brown Engineering, en Huntsville, Alabama. Y agrega: «la idea surgió de tres a cuatro décadas antes de que la tecnología estuviera disponible para probarlo. Trece nuevas tecnologías se crearon para la GP-B. Las bolas de cuarzo se pensaba que eran los objetos más redondos jamás fabricados. La variación diametral en las esferas está cerca de dos décimas partes de una millonésima de pulgada».
Fuente: BBC Ciencia