Para los que toman lo que es nuestro
con el guante de disimular
para el que maneja los piolines
de la marioneta universal.
Pedro y Pablo, «Marcha de la bonca»
Esta semana, como si no pasara nada en el mundo, Facebook acaparó gran parte de la cuota de atención de las masas y sus amasadores por las webadas de turno.
Comenzó con el cambio en las condiciones de uso: Facebook se quedaría con toda la info de sus usuarios, aun cuando estos se hubieran dado de baja. La comunidad 2.0 toda, y la prensa que la parió, puso el grito en el cielo y Mark Zuckerberg, el ¿dueño? de estas decisiones dió marcha atrás con la orwelliana idea. Cosas de «la Web 2.$», como dió en llamarla Diego Levis para la ocasión.
Pregunta-bronca número uno: ¿Este incidente hará que dejen de guardar nuestra data, o dejen de hacer con ella lo que deseen?
Hoy escuché a la periodista y conductora Ernestina Pais en su programa de radio, relatar cómo alguien que se hace pasar por ella en Facebook hace contacto con sus amistades, e intercambia fotos y saludos con sus amigos. Adrián Suar comentó lo mismo días atrás en TV. Esto implica un grado de inseguridad, de manoseo, de real peligro, asombrosos. La usurpación y el robo de identidad es un hecho de una gravedad tal, que no debería pasar por una anécdota graciosa sin solución.
Desde hace un tiempo, desde nuestra campaña «Reinventando el olvido en internet» venimos diciendo que hay que tomar cartas en el asunto activamente, y no dejar información sensible en los sitios que la soliciten. Además se hace imprescindible que reclamemos los mecanismos tecnológicos, políticos y legales que garanticen la seguridad de nuestra información, de nuestra identidad, en el uso de las nuevas tecnologías.
Pregunta-bronca número dos: ¿Que clase de pensamiento mágico nos mantiene embelesados con espejitos virtuales mientras ellos se llevan el oro de nuestra información?
Lo cierto es que mientras algunas empresas de Internet vigilan, controlan, abusan…. nosotros seguimos como si nada ofreciéndoles gratuitamente contenidos que son los generadores de valor… no sólo simbólico. ¿Vale la pena regalarle a Facebook y similares, textos y videos, nuestros gustos y preferencias, el relato de nuestras vacaciones, el color de nuestros zapatos o nuestras dudas existenciales? ¿No es hora de pensar lo que hacemos en la Web, cómo lo hacemos y para qué lo hacemos?
Diego Levis, «Facebook: El negocio es el control»
Facebook necesita reinventar el olvido.
Si Facebook fuera un país, sería el séptimo en cantidad de habitantes. 173 millones de usuarios publican fotos, datos, historias, anécdotas, intimidades, alegrías. Para compartir con sus amigos, claro. Chicos y grandes.
Pero no todo el mundo tiene buenas intenciones. Digo, por si alguien aun no cayó en la cuenta. Y, por supuesto, algo similar ocurre en MySpace y en demás redes.
Hay gente que también maneja los piolines digitales de esa gran marioneta virtual y universal llamada Internet. Una marioneta hecha de lo más valioso que tenemos: nuestra identidad, no sólo individual sino también social. ¿Habías pensado en esto?
Bronca sin fusiles y sin bombas
Bronca con los dos dedos en V
Bronca que también es esperanza
Marcha de la bronca y de la fe
Lectura recomendada:
– Ley de confidencialidad sobre información y productos que estén legítimamente bajo control de una persona y se divulgue indebidamente de manera contraria a los usos comerciales honestos. (Ley Nº 24.766)
– Texto de la ley de reforma del Código Penal en materia de delitos
informáticos. (Ley N° 26.388)
– Redes Sociales y seguridad: el rol de los mayores.