Lego presentó sus primeras piezas de plástico procedente de la caña de azúcar.
Fuente: DW Español
Hace un tiempo nos ocupábamos de analizar en este blog, cierta obsesión de algunos científicos por la importancia relativa de las actividades de Google en el aumento de los niveles de contaminación ambiental. Sin negar la realidad ni entrar en defensa de Google, decíamos que hay industrias que contaminan más, mucho más y de modo más letal que la de los chicos del buscador, y definitivamente no atraen tanta atención. De todos modos, convengamos que nunca habían sido muy abiertos en cuanto a esta cuestión -alegaban que dando a conocer esa información quedaban en desventaja frente a sus competidores- y claro, eso los hacía más sospechosos, digamos.
La cuestión es que ahora finalmente se decidieron a blanquear la situación y revelar, no sin bombos y platillos, algunos numeros referidos a su aporte al deterioro ambiental.
Informa clarin.com hoy:
Esta semana, la empresa del buscador reveló –por fin- su huella de carbono, para alegría de los ecologistas. Aunque la cifra es impactante –su consumo de energía es de 1,46 millones de toneladas métricas al año- la compañía asegura que sus centros de operaciones son un 50 por ciento menos contaminantes que la media y que sus servicios en nube son 80 veces más eficientes que las alternativas tradicionales. Esta es la primera vez que Google accede a revelar cuánto dióxido de carbono emite su complejo sistema de bases de datos, buscador y servicios en Internet. Hasta ahora, se había negado a revelar esa información porque consideraba que podía brindarles datos claves a sus más férreos competidores.
Google viene demostrando desde hace rato un interés por las cuestiones medioambientales, como quedó demostrado con las inversiones que están haciendo en el terreno de la energía eólica.
A groso modo, estos son algunos de los números que brinda la empresa:
Google asegura que desde 2007 no contamina en lo absoluto, a pesar de sus emisiones, gracias a las inversiones que ha hecho en parques eólicos y a la compra de energía renovable o créditos de carbono, que dejan su balance en cero. Mientras tanto, están revisando algunos de sus criterios constructivos para mejorar sus instalaciones -por ejemplo, su data center en Finlandia, de pronta apertura, utiliza agua de mar para refrigerar las instalaciones- y hasta el consumo de los usados para Street View.
Fuente: clarin.com
Teclópolis, el corto ganador en la 59° edición del premio Cóndor de Plata como Mejor Cortometraje argentino de 2011, es una animación hecha en stop motion que tiene como protagonista a una cámara Súper 8 que sufre por los avances de la contaminación plástica. El Premio Cóndor de Plata es entregado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.
Los responsables de esta maravilla, la productora Can Can Club, presentan en YouTube este corto animado de Javier Mrad:
Había una vez: revistas se agitan al viento, una cámara Super 8 se arrastra sobre una mesa mientras una vieja frazada va y viene. De repente, un ratón. Luego, una civilización corriendo hacia su destino inevitable. La contaminación plástica ha llegado a tal punto que ni las más lejanas playas estan a salvo.
Ese destino que advierten como inevitable, no impide la mirada poética de los creadores de esta genialidad. Para ver, disfrutar y pensar.
En el sitio de la productora Can Can Club se puede ver el making of del video. Pero claro, tal vez mirarlo haga perder algo del encanto…
Publica por estos días Muy Interesante:
El planeta cuenta con 595.814 km de litoral. Cerca del 40% de la población mundial vive a menos de 100 km de las costas, un área que apenas representa el 20% de la masa terrestre. Esto significa que son zonas muy pobladas con múltiples problemas.
Lo preocupante es que la degradación del medio marino se ha intensificado en los últimos 30 años. Se calcula que aproximadamente el 50% de los ecosistemas costeros ha sido alterado o destruido por las industrias, ciudades, acuicultura y turismo. Y que más de 70.000 productos químicos sintéticos se han vertido en los océanos. La sobreexplotación de los recursos biológicos marinos y la pérdida de hábitat es ahora una amenaza tan grave como la contaminación.
Fuente: Muy Interesante
El pasado 4 de enero, en una solicitada firmada por más de 200 médicos y bioquímicos de la localidad de Gualeguaychú, principal afectada por la presencia de la pastera Botnia, advirtieron sobre los problemas de salud por causas ambientales que ya han detectado en la población local.
Este documento cobra una relevancia notable, no sólo por las implicancias de su contenido sino también por su oportunidad, ya que por estos días el canciller argentino Héctor Timerman ha convalidado la autorización ambiental previa (AAP) que otorgó Uruguay a la empresa Montes del Plata para que construya otra pastera en territorio oriental. Dicha planta se ubicará en Punta Pereira (Colonia) y producirá 1 millón 300 mil toneladas anuales de pasta de celulosa, lo que representa un 23% más que Botnia.
En la solicitada, los profesionales de la salud de la ciudad entrerriana afirman que “el aumento de la frecuencia e intensidad de patologías de vías aéreas superiores, irritación y afectación de membranas mucosas, ocular y bronquial y reacciones alérgicas, sumado al agravamiento de afecciones preexistentes en los últimos años –comprobados por la mayoría de los profesionales médicos de la ciudad–, tienen vinculación estrecha con la presencia de estos contaminantes en el aire que respiramos”. Y añade: “ya se han producido alteraciones físicas, químicas y biológicas en el río Uruguay desde la puesta en funcionamiento de la planta (de Botnia) y que fueron demostradas por 80 científicos argentinos».
En el documento se afirma, además, que «en numerosas ocasiones, a través de diversas intervenciones ante distintos organismos y funcionarios públicos se ha reclamado la continuación» de los controles medioambientales indispensables para conocer la verdadera situación, «y también se ha consultado qué instancias legales existen para iniciar el reclamo correspondiente». Pero todo intento parece caer en saco roto: «No obstante, hasta el momento no se ha recibido información ni respuesta oficial al respecto.»
El documento:
El texto completo del documento es el siguiente:
De acuerdo a los informes presentados por la delegación argentina ante La Haya y a lo admitido por el Secretario de Medio Ambiente, Homero Bibiloni, en la conferencia dictada el 30-09-10 en la CARI (Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales), en referencia al estudio Atmosférico realizado por el equipo de profesionales de la Facultad de Ciencias Exactas–UBA y la CONEA, se detectó la presencia de ácido sulfhídrico en las costas argentinas de Ñandubaysal en 78 oportunidades durante un período de nueve meses de control y en varias ocasiones en la ciudad de Gualeguaychú. Esa sustancia es identificada por su olor característico a “huevo podrido”, que actúa como indicador de la contaminación. Se trata de un gas de elevada toxicidad que no debería estar presente en el aire en condiciones normales. Junto a este compuesto están presentes otros contaminantes atmosféricos tales como Óxidos de Nitrógeno, Óxidos del Azufre, Compuestos Reducidos del Azufre (TRS), Material Particulado, Monóxido y Dióxido de Carbono, Compuestos Orgánicos Volátiles (VOC), Compuestos Orgánicos Clorados (entre ellos Dioxinas y Furanos) con una pluma (sustancias contaminantes que salen de una chimenea) aerotransportada que ingresa 20 a 45 Km. dentro del territorio argentino.
El centro de la ciudad de Gualeguaychú se encuentra a unos 25 Km de la pastera. La contaminación atmosférica se ve agravada, ya que los vientos en un 72% por ciento de los días son predominantes desde el Uruguay a la Argentina, con una altura de capa de mezcla (altura del volumen de aire disponible para la dispersión de los contaminantes) muy baja, lo que impide una correcta dilución y dispersión de los contaminantes. Esto hace que permanentemente los habitantes de Gualeguaychú estemos respirando aire contaminado. En lo referente a los contaminantes atmosféricos provenientes de la planta de “Botnia-UPM” y que afectaron al territorio argentino, la CIJ de La Haya se declaró incompetente con el argumento que su regulación no estaba contemplada dentro del Estatuto de 1975. Obviamente, eso no significa que no exista un deber genérico de no dañar, que debe ser respetado por la empresa que los emite como por las autoridades de contralor.
Estos compuestos de naturaleza tóxica no se encontraban presentes en los estudios basales previos a la puesta en funcionamiento de Botnia-UPM por lo que su presencia revela una estrecha, directa e inequívoca vinculación con la instalación de la planta. Nuestra preocupación se agrava al desconocerse si en la actualidad se continúa con el estudio del aire, tal cual ocurrió hasta antes del fallo de la CIJ., mientras se fundamentó el reclamo ante ese tribunal. Si bien en numerosas ocasiones, a través de diversas intervenciones ante distintos organismos y funcionarios públicos se ha reclamado la continuación de estos controles y también se ha consultado qué instancias legales existen para iniciar el reclamo correspondiente. No obstante, hasta el momento no se ha recibido información ni respuesta oficial al respecto.
El aumento de la frecuencia e intensidad de patologías de vías aéreas superiores, irritación y afectación de membranas mucosas, ocular y bronquial y reacciones alérgicas, sumado al agravamiento de afecciones preexistentes en los últimos años -comprobados por la mayoría de los profesionales médicos de la ciudad-, tienen vinculación estrecha con la presencia de estos contaminantes en el aire que respiramos . Debemos advertir el efecto a largo plazo (crónico) de muchos de estos contaminantes presentes en la emisiones atmosféricas (Carcinogénesis, Malformaciones congénitas, Teratogénesis, alteraciones en la Reproducción, depresión del Sistema Inmunológico entre otras) patologías que lamentablemente se verán incrementadas a medida que transcurra el tiempo y la planta siga funcionando. Además sentimos una enorme preocupación por la alta incidencia de enfermedades oncológicas que ubican a Gualeguaychú al frente de la frecuencia de dichas patologías dentro de la Provincia.
Su origen en gran medida está relacionada con la presencia de contaminantes en el medio ambiente, lo que nos hace tener en cuenta otros temas vinculados a su preservación, como son el uso intensivo e irracional de plaguicidas, el tratamiento de los efluentes industriales del Parque Industrial de Gualeguaychú y su drenaje aguas arriba de la toma de agua, el destino de los transformadores contaminados con bifenilos policlorados (PCB) y el tratamiento de los residuos patológicos. Preocupados por el futuro, fundamentalmente el de las generaciones venideras, exhortamos a las autoridades y a la población a preocuparnos y ocuparnos de buscar entre todos, en la medida de sus responsabilidades, se arbitren medidas y acciones dirigidas a erradicar estos daños ambientales. Solo de esa forma se protegerá la salud de la población y se logrará una mejor calidad de vida.
La solicitada está firmada al pié por los más de 200 profesionales de la salud, preocupados como están por esta situación. La que por cierto parece ser un tema menor y aun inexistente, para nuestros políticos.
Fuente: Máxima Online