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boliche

6 años de Cromañón

Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear.
Mahatma Gandhi

El 30 de diciembre de 2004, aproximadamente 2800 jóvenes se dispusieron a ver el show en vivo de la banda Callejeros en un boliche del barrio de Once en Buenos Aires, llamado República de Cromañón.

Lo que iba a ser una fiesta concluyó con la trágica muerte de 194 chicos, y más de 700 heridos.

Como cada año, nos sumamos a los familiares y amigos de las víctimas en el recuerdo y en el reclamo por justicia:

No se puede construir una democracia con impunidad. Ya pasaron 6 años y no hay condenas firmes. Exigimos que Casación se expida revocando las absoluciones de los músicos empresarios de Callejeros y de Gustavo Torres y que aplique una condena seria a Raúl Villarreal y las funcionarias ibarristas Ana María Fernández y Fabiana Fiszbin. No vamos a tolerar que los ex Callejeros sigan usando a las víctimas de Cromañón para lucro personal.

Cromañón, seis años después: que no se repita.

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Acerca de la tragedia de Cromañón

No quiero opinar sobre el incidente en Cromañón, el pasado 30 de Diciembre. No quiero, no puedo, no soy quien. Además es el mío un sitio de tecnología, y no faltará quien diga que no es un espacio para polemizar sobre esas cuestiones.

Sucede que me conmovió una nota del periódico electrónico Hispanidad, editado en España, en la que se dice lo siguiente, entre otros conceptos relativos a la ausencia de liderazgo político en esa instancia:

«La Argentina llora a sus muertos con pasión, como todo lo que hace ese pueblo, probablemente el más inteligente del planeta y probablemente el más frágil. De todos los pueblos hispanos, ninguno tan capaz como los argentinos, y ninguno tan vulnerable y tan necesitado de afecto. Pero como el viejo chiste la Argentina es uno de los países más bellos del mundo, por eso Dios, para contrarrestarla, la llenó de políticos. (…) Lo de menos es que Néstor Kirchner no haya interrumpido sus vacaciones tras la masacre colectiva, lo de más es que todo apunta a que la causa de la masacre se debe, no a negligencia, sino a corrupción», concluyó el texto.

Digo que esto me conmovió, como lo hizo la ayuda y solidaridad de la gente hacia las victimas y sus familiares. Y otra vez la gente: siempre es la gente, con su presencia y participación la que hace que soportemos tragedias como esta. Y nada más que la gente, porque la agenda politica pareciera no tener cabida para la gente y sus dramas.

El agua, la comida, el soporte para los familiares y amigos que sufrieron además, como si el dolor de las pérdidas fuera poco, el maltrato de las autoridades, lo aportó la gente. Y los politicos, mientras tanto, pasandose la pelota de las culpas.

No sé si somos los más inteligentes del planeta, como dice el periodista. Los seguimos votando.

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