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La fabricación de celulares en el país crece del 4 al 69% en dos años

Las principales marcas de celulares –Motorola, Sony Ericsson, Samsung, Nokia, LG y RIM, que se suma en octubre próximo- tienen plantas de ensamblado en Tierra del Fuego. Sólo Brighstar, pionera en esta cuestión -instaló su planta allí en 2005- produjo más de tres millones de equipos para Samsung, LG y Motorola durante 2010. Este crecimiento se demuestra claramente en los números: en 2009 los equipos que se produjeron apenas alcanzaba al 4% del mercado local; sin embargo durante el primer semestre de 2011 ese número trepó al 69%.

Por su parte BGH, que llegó en 2009 a la isla y tiene pensado alcanzar los dos millones de equipos para Motorola, Huawei, Sony Ericsson y ZTE antes de fin de año, duplicó su producción del año pasado de 700 mil dispositivos móviles.

A mediados de 2010, IATEC llegó al sur para fabricar celulares Nokia y también estará superando su producción del año pasado, con un estimado de entre 2,5 y 3 millones de móviles para diciembre de 2011.

Fuente: Dattatecblog
Fotografía: CanalAr

Celulares y cáncer II: la mirada desde la ciencia

Confieso que creo que jamás podría explicar con claridad, por cuestiones propias de formación, la lógica del funcionamiento de aquellas ondas sospechadas de carcinógenas, de las que hablamos en un post anterior. Pero no me hace falta: cuando la ciencia -la verdadera, aquella despojada de factores exógenos que le dan un tinte de opinión- viene en auxilio de nuestras incertidumbres, no queda más que adherir a las certezas que nos proveen.

Todo esto para explicar la satisfacción que me produjo leer al físico Alberto Rojo, profesor de la Universidad de Oakland en Michigan, EE.UU., en una columna publicada hoy en el diario Clarín, titulada «Los celulares son tan inofensivos como el microondas». Bueno, ya desde el título queda clara la postura del científico. La nota completa se lee haciendo clic aqui. A continuación, algunos párrafos para destacar:

Tengo amigos que no usan celular. Son pocos pero son. ¿Están más a salvo del cáncer que los incontables feligreses de la telefonía móvil? No. La razón, en tres palabras: la mecánica cuántica.

Me explayo: el celular recibe y emite radiación. Al hablar de radiación hablo de “luz”, una precisa coreografía de electricidad y de magnetismo en vibración por el espacio: las proverbiales ondas electromagnéticas. (…) Lo curioso es que la luz no es un fluido continuo sino que su estructura es granular, un chorro de municiones microscópicas, los cuantos de luz, cuya existencia postuló el gran Albert Einstein en 1905, la fecha de nacimiento de la hoy famosa mecánica cuántica, o física cuántica. Cuando la luz se emite o se absorbe, dice Albert, lo hace en cantidades fijas (…) Y lo más curioso todavía es que la energía de esas municiones (los “fotones”) depende del color, o la frecuencia de la luz. Un fotón de luz azul tiene más energía que uno de luz roja y mucho menos que uno de rayos X (que es invisible), que a su vez tiene mucha menos energía que uno de rayo gamma.

Lo fundamental aquí es que estas municiones de luz alteran -dañando o beneficiando- a los organismos vivos átomo a átomo, de a uno por vez. (…) Las mutaciones del ADN que dan lugar al cáncer son alteraciones a nivel atómico creados por radiación de alta frecuencia, donde los fotones (cada uno de ellos) son de energías altas. La incidencia de este tipo de radiación en el aumento de cáncer está muy establecida. En cambio, en el caso del teléfono celular, la frecuencia de la radiación es más o menos la misma que la del microondas de la cocina, donde la energía de cada fotón es insuficiente para arrancar un electrón de un átomo. El proceso de arrancar un electrón de un átomo es bautizado en jerga física por “ionizar”, y la radiación inculpada es ionizante.

Entonces, mientras un número relativamente chico de fotones de rayos gamma (radiación ionizante) puede alterar la química celular y dar lugar al cáncer, una horda de fotones visibles (los de la bombita de luz por ejemplo) o de microondas (los del celular) golpeándonos la piel cada segundo son inocuos. (…) Mas aún, las estadísticas no muestran un aumento de la incidencia de cáncer cerebral desde la invención de celular (incluso algunas muestran disminución), ni para los obreros que trabajan en las antenas de transmisión, donde la intensidad de la radiación es grande. Es cierto que las razones precisas de la génesis del cáncer son todavía objeto de estudio. Pero también es cierto que no hay un mecanismo físico plausible que vincule la radiación del celular con el cáncer, argumento suficiente para conjurar miedos infundados, y para acaso disuadir a mis amigos reticentes heresiarcas del roaming.

Por supuesto que hay posturas más o menos alarmistas sobre el tema, como aquellas que citamos alguna vez relevando miradas sobre la cuestión. El asunto es si nos quedamos con nuestros miedos sin más, o nos permitimos aprender y razonar.

Fuente: Clarin.com

La discusión de nunca acabar: celulares y cáncer

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud ha clasificado los campos de radiofrecuencia electromagnética emitidos por los teléfonos móviles como “posiblemente cancerígenos” para los humanos. Estas radiaciones están asociadas con el uso de teléfono móvil y podrían aumentar el riesgo de sufrir glioma, un tipo de tumor cerebral.

Según Jonathan Samet, presidente del grupo de trabajo de la mencionada agencia, “el riesgo podría existir y, por lo tanto, debemos mantener una estrecha vigilancia para estudiar si existe un vínculo entre los teléfonos móviles y el riesgo de sufrir cáncer”.

El anuncio llega tras la reunión de 31 científicos de 14 países en Lyon (Francia), donde han evaluado el potencial cancerígeno de estas radiofrecuencias. Los resultados definitivos serán publicados en una monografía y, el 1 de julio, en la revista The Lancet Oncology. Aunque el grupo de trabajo no cuantifica este riesgo, remite a un estudio de 2004 donde se mostraba un incremento del 40% de sufrir gliomas en personas que utilizaban el móvil una media de 30 minutos al día durante 10 años.

“Es importante que se realice una investigación adicional a largo plazo sobre el uso continuado de los teléfonos móviles debido a las posibles consecuencias potenciales para la salud pública de estos hallazgos”, indica Christopher Wild, director del IARC. El experto recomienda medidas prácticas para reducir la exposición como los dispositivos de manos libres o los mensajes de texto.

La monografía del IARC ha estudiado 900 agentes ambientales y de ellos, 400 han sido considerados como cancerígenos o potencialmente cancerígenos. Las radiaciones de los teléfonos móviles se encuadran en el Grupo 2B: existen pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos y menos que las suficientes en animales.

El Grupo 2B de la lista de carcinogenos

Cuando la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) evalúa compuestos o factores físicos basándose en pruebas científicas existentes sobre la posibilidad de que genere cáncer lo puede clasificar en cuatro grupos. Uno de ellos, el grupo 2B, implica que es «posiblemente carcinógeno para el ser humano». Es decir, hay algunas pruebas de que puede causar cáncer a los humanos pero de momento están lejos de ser concluyentes.

En este grupo, además de la reciente inclusión de teléfonos móviles, figuran el plomo, el pesticida DDT, trabajar en una imprenta, el café, la gasolina y el diesel, trabajar haciendo limpieza en seco en una tintorería, el uso de polvos de talco, el bromuro de potasio (usado en el siglo XIX como anticonvulsivo y ahora prohibido), la profesión de bombero, fármacos como el Oxazepam (una benzodiacepina), la naftalina que empleamos para combatir las polillas, trabajar en una carpintería y algunos virus del papiloma.

Por caso, y como una muestra de que la discusión al respecto de esta cuestión está lejos de cerrarse, el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad de España han pedido “precaución” con esta información, según informa la agencia SINC.

Fuente: Muy Interesante

‘Plan A’: los celulares y un debate necesario

Hoy tuve el enorme placer de participar del programa «Plan a«, en Canal 3 de nuestra ciudad, por invitación de su productor Fabián Scabuzzo.

El tema convocante fué «Los celulares y la dependencia tecnológica», con un panel multidisciplinario entre los cuales estuvo la escritora Angélica Gorodischer, entre otros notables. Un lujo.

Estas son algunas de nuestras intervenciones en el programa:

Sobre la dependencia a los celulares y la tecnología en general: «Cuando el hombre dejó de usar sus manos para usar una herramienta, ya hubo dependencia».

Falta un debate necesario sobre la influencia de los problemas de seguridad, la publicidad, la salud, etc.

Es para destacar el buen trato de todos, en especial de Fabián y de Gustavo Rezzoaglio, el conductor del ciclo, quien con mucho profesionalismo lleva las riendas de un debate a veces caliente.

Se notó el esfuerzo por abordar un tema complejo desde diferentes áreas y visiones, aunque por lo escaso del tiempo quedó mucha tela para cortar.

En definitiva, una buena experiencia.