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Un tecnólogo en Macondo - 2. página

Desbaratando el pensamiento mágico en la tecnología

No, un vaso con líquido extrañamente quieto en la Estación Espacial no explica una conspiración

Una de las cientos de fotografías publicadas en la red aludiendo a una posible conspiración en la Estación Espacial China.

Circula en redes sociales un video de la Estación Espacial China en el que se aprecia a unos astronautas saludando hacia la cámara. En la parte derecha de la toma, permanece quieto un vaso con agua sobre una mesa, pese a que la gravedad allí es menor. Esto ha sido usado por varios grupos conspiracionistas para afirmar que esta sería una prueba de que los viajes al espacio son falsos.

La Estación Espacial China, también llamada Tiangong 3, es un módulo para investigación en el espacio que orbita la tierra a 400 kilómetros de su superficie aproximadamente. Desde hace algunos años, los astronautas suelen dictar clases para algunas escuelas de su país a través de videollamada, en las que realizan experimentos y responden algunas preguntas de los estudiantes.

El 9 de diciembre de 2021, los tripulantes Wang Yaping, Zhai Zhigang y Ye Guangfu dieron una clase en la que hablaron sobre sus actividades diarias y explicaron una cantidad de conceptos. La transmisión de CGTN, el canal de noticias del Gobierno chino en idioma inglés, duró aproximadamente dos horas.

Un segmento de esta clase es el que se convirtió en la supuesta evidencia. Sin embargo, solo se trata de que el vaso está pegado a la superficie con velcro, y el agua se queda allí por un fenómeno conocido como tensión superficial.

De hecho, los astronautas están justamente mostrando este fenómeno en esa porción del video. Uno de ellos sumerge una pelota de ping-pong en el vaso con agua. Cuando lo hace, esta permanece inmóvil en el fondo. Los alumnos en China hacen lo mismo, pero en su caso la bola flota y no puede estar sumergida mucho tiempo. La explicación: la fuerza de flotación en el espacio desaparecer por la falta de gravedad. En ausencia de esta, no hay flotabilidad. Por eso la bola no asciende.

Luego, el astronauta despega el vaso de la mesa para poder hacer otros experimentos con agua. El recipiente da unos giros y el líquido siempre se mantiene en su lugar. Este fenómeno se explica debido a las propiedades físicas de este líquido y a la falta de gravedad.

En el video a continuación se muestra parte de la experiencia:

Fuente: Verificador de La República

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Tecnología centralizada

Está a punto de ocurrir: la energía limpia, la máquina que reduce el efecto invernadero, la vacuna contra el envejecimiento, la inteligencia artificial general. Al mismo tiempo, es el fin de la abundancia, de la democracia y de la despreocupación. Un buen día, despertaremos y ya no habrá que dejar de fumar, de comer grasas saturadas o de poner el aire acondicionado por encima de 24ºC. O quizá no habrá agua, derechos civiles o calefacción. Parecen relatos antagónicos pero perfectamente compatibles. Para que Jeff Bezos suba al espacio, un millón y medio de trabajadores de Amazon tienen que malvivir. Para que Mark Zuckerberg encienda su metaverso, millones de europeos pondrán la lavadora de noche una vez por semana. No podemos renunciar al progreso, pero podemos dejar de hornear.

“No hay otra alternativa”, fue el lema de Margaret Thatcher para imponer la desregulación, la era del ultraliberalismo económico y el imperio de los combustibles fósiles. “No hay otra alternativa”, nos repiten en Davos, en las últimas cumbres climáticas y en la televisión. Un milagro tecnológico salvará el mundo en el último minuto porque ya no queda tiempo y porque somos demasiado vagos, estúpidos o egoístas para hacer otra cosa. O demasiado insignificantes. Cualquier cosa que hagamos será pequeña y ridícula en comparación.

“La mentira que alimenta la utopía del tecnocapitalismo es que sólo existe una manera de hacer big data, inteligencia artificial o computación en nube”, decía Evgeny Morozov en un ensayo reciente, “y es la manera que ha descubierto y perfeccionado Silicon Valley”. Esa mentira no sólo miente, sino que está devorando el resto de alternativas, secuestrando sus recursos y ninguneando su potencial. El fin de la abundancia podría ser el principio del fin de la democracia o el principio de una nueva era de responsabilidad radical. Pero despreciamos la acción colectiva, en incremento y local capaz de generar soberanía desde las instituciones de los barrios porque nos parecen pequeñas y tontas. Es más inteligente esperar que la máquina de explotación de datos, vigilancia masiva y desinformación se transforme en un arca donde cabremos todos en lugar de profundizar la injusticia y triplicar la desigualdad.

Toda tecnología lo suficientemente centralizada es susceptible de convertirse en un arma de destrucción, explotación o colonización masiva. Somos niños esperando que los adultos cojan el volante y resuelvan la situación, pero los adultos son Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Bill Gates y Elon Musk y no vienen a salvarnos.

Para que su futuro exista, el nuestro tiene que desaparecer.

Marta Peirano, escritora y periodista española, en «No vienen a salvarnos»

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Videollamadas, esa novedad que no es tal

El 20 de abril de 1964, hace ya 55 años, AT&T presentaba en Estados Unidos el Picturephone, un teléfono que permitía hacer videollamadas en la oficina o un lugar público. Sres. de WhatsApp y Facebook… lo suyo, nada nuevo bajo el Sol…

El servicio requería de un cableado especial, pero se instalaron cabinas desde las que se podía llamar de Nueva York a Chicago por ejemplo, para para comunicarse con otra persona mediante un pequeño televisor. Una segunda versión también permitía transmitir documentos. Debido su poca adopción, unos años después el servicio fue dado de baja. ¿El mundo no estaba listo?


Fuente: El Comercio (Perú)
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Paulo Freire, mucha cita y pocas nueces

En estos días se cumple el centenario del natalicio de Paulo Freire, pedagogo y filósofo brasileño destacado por su defensa de la pedagogía crítica y autor del influyente trabajo Pedagogía del oprimido, uno de los textos fundamentales de aquel movimiento.

Leemos en el excelente Hipermediaciones, que según un estudio realizado en la London School of Economics en 2016 la Pedagogía del oprimido era el tercer libro más citado en las ciencias sociales. Pero de allí al aula hay un trecho larguísimo, ya que poco llega a lo cotidiano, creemos.

A modo de homenaje, he aquí una cita que nos aproxima a su pensamiento, tomada de la mencionada obra «Pedagogía del oprimido» (Siglo XXI Editores. 1º edición):

No hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo.

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