mega888 Ambiente – Página 2 – Apuntes e ideas sueltas sobre tecnologías y otros asuntos Saltar al contenido

Ambiente - 2. página

Entradas sobre tecnología y ambiente.

Productores que desarrollan sus campos con un modelo productivo agroecológico

En Guaminí, provincia de Buenos Aires, nueve productores comenzaron a desarrollar sus campos con otro modelo productivo: el agroecológico. Por los buenos resultados, ya están cultivando alrededor de 1.300 hectáreas sin transgénicos, ni venenos, ni tóxicos de ningún tipo. Y están aumentando esa superficie.

El municipio decidió fomentar la agroecología y fue sancionada una ordenanza de regulación de agrotóxicos. ¿Cómo hicieron? ¿Qué significa esa experiencia? ¿Cómo les está yendo en términos prácticos?

El programa radial Decí Mu de la cooperativa de trabajo lavaca viajó hasta allí para escuchar las voces que se atrevieron a crear un territorio sano y productivo.

La entrevista completa se puede escuchar haciendo clic AQUÍ.

 


Fuente (texto e imagen): Cooperativa de trabajo lavaca
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«La alimentación industrial hace cualquier cosa menos alimentarnos»

Lo dice Soledad Barruti, quién escribió Mala Leche, el supermercado como emboscada. Se trata de un retrato sobre la alimentación industrial, las enfermedades de la época, el modo en que se fabrican productos de contenido engordante y nocivo, y los trucos para crear aromas y sabores químicos, colorantes, conservantes y otros productos con los que nos rellenamos sin nutrirnos. ¿Qué pasa con los postrecitos, azúcares, gaseosas y cajas coloridas que atentan contra la salud de la niñez con eso que Soledad define como Mala leche?

A continuación, la entrevista en el programa Decí mu.


Fuente: Decí Mu
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Irlanda, primer país en aprobar la desinversión en combustibles fósiles

La Ley de Desinversión en Combustibles Fósiles, aprobada con el apoyo de todos los partidos en la cámara baja, convierte a Irlanda en el primer país del mundo a comprometerse con la retirada de dinero público invertido en empresas de petróleo, carbón y gas.

La ley, que se deriva de más de dos años de trabajo del diputado Thomas Pringle, de la ONG Trócaire y otros grupos de la sociedad civil, activistas y estudiantes, y de la Red Global de Acción Legal (GLAN)va a obligar al Fondo de Inversión Estratégica de Irlanda (ISIF) a vender sus inversiones en la industria de combustibles fósiles global, que en junio de 2017 estaban cerca de los 318 millones de euros (US$372 millones) distribuidos en 150 empresas en todo el mundo.

Gerry Liston, director jurídico de GLAN, que redactó el proyecto, afirmó que «los gobiernos no cumplirán con sus obligaciones bajo el Acuerdo de París sobre Cambio Climático si continúan sosteniendo financieramente la industria de combustibles fósiles. Países de todo el mundo deben ahora seguir con urgencia el liderazgo y la desinversión de Irlanda de los combustibles fósiles».

Esta ley va a impedir que el dinero público sea invertido contra el interés público, y envía una señal clara nacional y globalmente de que la acción sobre la crisis climática necesita ser acelerada urgentemente, empezando con la eliminación de los combustibles fósiles, según explican los especialistas.

«Irlanda fue clasificada como el segundo peor país de Europa para la acción climática, por lo que la aprobación de esta ley es una buena noticia, pero también tiene que indicar un cambio significativo de ritmo sobre el tema», señaló Éamonn Meehan, director ejecutivo de la ONG Trócaire. Y añade: «debemos hacer todo lo que podamos para evitar que el cambio climático revierte las décadas de progreso en la reducción de la pobreza en todo el mundo».


Fuente: América Economía

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Pino Solanas y la crisis energética argentina

Compartimos con nuestros lectores la participación del director de cine y político Pino Solanas, actual senador de la Nación por la Ciudad de Buenos Aires, en el debate del proyecto sobre la regulación de tarifas, llevado a cabo anoche en el recinto.

La crisis energética en nuestro país, en un análisis crudo y realista de la actual situación.

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Una base de datos de desechos marinos

La base de datos Deep-sea Debris proporciona datos de desechos marinos captados en videos y fotos de aguas profundas. Las imágenes fueron tomadas durante las encuestas de investigación por los sumergibles SHINKAI6500, HIPERDOLPHIN y otros, todos propiedad de la Japan Agency for Marine-Earth Science and Technology (JAMSTEC).

Se puede observar en ella la lista de desechos, clasificados por sus formas y materiales, y categorizados según lo que se observa en los videos y las fotos capturadas. Contiene además información relevante, como el estado de los escombros -los puntos de acumulación y deriva- y los ambientes alrededor de escombros -tipos de sedimentos del fondo del mar y actividades de organismos-, entre otras observaciones de interés.

La base de datos cuenta además con información sobre restos hundidos en aguas profundas, de los que también se tomaron videos y fotos.

Todo este material está disponible en el sitio web del proyecto, al que se accede haciendo clic aquí.


Fuente: Japan Agency for Marine-Earth Science and Technology (JAMSTEC).

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Solanas y su viaje a los pueblos fumigados

El estreno mundial del largometraje número 16 del director Fernando «Pino» Solanas, «Viaje a los pueblos fumigados», se realizó durante la 68° edición del Festival Internacional de Cine de Berlín, en el mes de febrero pasado.

Este documental narra el drama de la intoxicación que afecta a la población argentina. Comemos alimentos vegetales o envasados con una proporción de agrotóxicos y agregados químicos que día a día nos enferma y mata. El propio Solanas, junto al doctor César Lerena, se realizó estudios en un laboratorio en Mar del Plata que busca los plaguicidas y agroquímicos en nuestro organismo. Se encontró una gran presencia de glifosato en orina y pesticidas en sangre.

Según afirma el cineasta y senador nacional, no es el único. La mayor parte de la población argentina está contaminada por ingerir alimentos con agroquímicos.

Aquí, un adelanto del documental, que se estrena el próximo 3 de mayo:


Fuente: InfoSur

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Algo luce mal en las profundidades de Bali

Manta Point, en la Isla de Bali, es uno de los sitios más visitados por los buzos en el sudeste asiático, por sus playas de arena blanca y aguas color turquesa. El británico Rich Horner se adentró en aquellas aguas para averiguar si había vida marina en dicho lugar y en cambio se encontró con altas cantidades de residuos plásticos, cartones y basura industrial. Sí, también encontró mantarrayas nadando en la zona.

Al pié del video, Horner comenta: “El océano nos trae regalos sorprendentes como peces de colores, plancton, algas y otras especies. Ah, y también algo de plástico, bolsas, botellas, vasos, sábanas, baldes, sobres, y mucho más. Demasiado plástico”.

Para muestra basta un video.

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La agroecología, una transformación ambiental, productiva y personal

“La agroecología es lo que más me rinde económicamente», asegura el ingeniero agrónomo Amadeo Riva, administrador de La Primavera, una estancia familiar ubicada en Bolívar, provincia de Buenos Aires, en esta entrevista para el programa de radio «Decí MU».

El Ing. Riva responde a preguntas clave en esta problemática: ¿los campos grandes pueden aplicar un manejo agroecológico? ¿Y eso rinde más o menos que la producción con fumigaciones y agrotóxicos? ¿En qué medida se relaciona lo ambiental con lo personal?  Y responde:

Al bajar o eliminar los costos de agroquímicos, se incrementa la ganancia porque logramos un rendimiento similar al de otros campos que gastan en esas cosas. Es una transformación ambiental, productiva y sin darte cuenta es también una transformación personal. Mi felicidad y mi satisfacción no sé qué precio tienen.

Impacta escucharlo por boca de quién consideraba al campo un calvario, hasta que incursionó en la agroecología.

Con creatividad, otro modo de producción es posible.


Fuente: Lavaca.org
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Presencia de agroquímicos y metales pesados en la cuenca de uno de los principales ríos del país

Un estudio reciente del Conicet detectó la presencia alarmante de agroquímicos y metales pesados en la cuenca de uno de los principales ríos del país

“No existe razón de Estado ni intereses económicos de las corporaciones que justifiquen el silencio cuando se trata de la salud pública” decía el investigador Andrés Carrasco (1946-2014), el célebre científico argentino que desafió al establishment político –y a sus pares– al denunciar los efectos nocivos del uso de glifosato en cultivos transgénicos cuando nadie lo hacía.

Esa misma frase recordó el doctor Damián Marino, investigador del Conicet y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP), durante una charla en el Chaco, en la que expuso los resultados de estudios que comprobaron la presencia de residuos de agroquímicos y metales pesados en las aguas del Río Paraná.

En cuanto a los detalles, el biólogo reveló que en el tramo superior de la cuenca “hay concentraciones de distintos insecticidas de uso agrícola”, mientras que desde la media hacia la baja “existe una contaminación múltiple” con algunos metales y principalmente con glifosato.

“Son los sitios más afectados. El glifosato es una molécula dominante. El Paraná está en problemas”, resaltó Marino.

También explicó que si se toman en cuenta los parámetros internacionales, las muestras superaban por amplio margen los niveles de presencia tolerables con respecto al insecticida endosulfán (prohibido en el país en 2013), y sus posteriores reemplazantes: clirpirifós y cipermetrina.

“La publicación científica validada a nivel mundial dice que todas las muestras de agua superaron para, al menos alguno de los plaguicidas, el nivel guía recomendado para toda la biota acuática y recomienda articular políticas inmediatas. Hoy, en el mercado mundial, el 90 por ciento de los plaguicidas es glifosato y el 10% restante se reparte entre clirpirifós, cipermetrina y endosulfán”, sostuvo y mencionó que se obtuvieron resultados similares en el Río Paraguay, que también se incluyó en el trabajo.

Los monitores ambientales sobre las cuencas del Paraná se plasmaron en tres etapas: la primera fue en 2013, la segunda en 2016 y la más reciente en Enero de 2017, con las que se ratificó la presencia de agroquímicos tanto en el agua como en los sedimentos (barro del fondo).

“Las muestras se tomaron en las desembocaduras de los arroyos o ríos que drenan desde el interior del país hacia el Paraná, con el objetivo de ver el goteo permanente sobre el gran río”, contó Marino, que durante cinco años (2010-2015) llevó adelante un trabajo de investigación sobre el estado del recurso hídrico en la zona de Pampa del Indio, junto a la doctora Alcira Trinelli, especialista química de la UBA y el Conicet.

El especialista manifestó que de las muestras obtenidas se analizaron los efectos letales (organismos muertos) y subletales (alteración del desarrollo y la reproducción). “Lo relevante que se obtuvo es que las concentraciones de metales no superaban los niveles guías”, reveló, y puntualizó que sólo el plomo hallado en casi todas las muestras de sedimentos, en cantidades inferiores a las aceptadas, comprobaba la incidencia de las actividades antrópicas de ciudades que recorre el Paraná en su cuenca.

Como ejemplo, mencionó que las aguas de los ríos San Lorenzo, Saladillo y Pavón tienen sedimentos con concentraciones superiores que provocaban efectos letales en organismos. En tanto, implicancias subletales se notaron en la cuenca alta (provincia de Buenos Aires), con alteraciones en el crecimiento vinculadas a altos niveles de plaguicidas.

“Mirando los resultados, veíamos que el glifosato estaba pegado en partículas en suspensión o formando parte del sedimento. A partir de la cuenca media empezaba a aumentar la concentración. Y cuando llegaba a la altura de Luján, había aumentado mucho”, subrayó.

Llevando la explicación a números y comparaciones, alertó que los niveles de glifosato más AMPA (metabolito en la degradación del glifosato) halladas en la cuenca del río “son unas cuatro veces las concentraciones que pueden encontrarse en un campo sembrado con soja”. Entonces concluyó: “El fondo de un río que desemboca en el Paraná tiene más glifosato que un campo de soja”.

Hay más: todas las muestras de agua, material en suspensión y sedimento de fondo tenían presencia de insecticidas diseñados para matar insectos. “Esto muestra que los insecticidas están distribuidos a lo largo de toda la cuenca”, indicó el investigador.

Biodiversidad en caída

El contexto inicial en que Marino ubicó su presentación fue el informe de Planeta Vivo, una organización internacional que elabora un índice que mide la biodiversidad del planeta. Ese índice fue hecho sobre 10 mil especies de distinto tipo. “Se ve que entre 1970 y 2010, hubo un decaimiento del 52% de las poblaciones a nivel mundial. Pero en América Latina el valor es 80%. No es que hay menos especies, sino que los grupos poblacionales son más chicos”, graficó, y trasladando a la experiencia cotidiana explicó que la gente puede observar la presencia de menos cantidades de ranas o de peces.

Como concepto emergente del informe, resaltó que en menos de dos generaciones humanas se destruyó la mitad de la población de especies que había en la Tierra durante toda su evolución. En tanto, utilizando el concepto de Huella Ecológica, que se mide en varios países, dijo que “Argentina tiene esencialmente una huella basada en los sistemas agroproductivos”.

Luego, apuntó otro dato gráfico: tomando la biocapacidad, es decir cuánto puede ofrecer el planeta respecto de lo que se está usando, y cruzando con información de la evolución poblacional, puede verse que el 8 de agosto de 2016 la humanidad consumió todos los recursos naturales de ese año. “A partir de ahí consumimos recursos a crédito, se los estamos sacando a las generaciones futuras. La última vez que salimos hechos fue en diciembre 1970. Hoy estamos consumiendo por año un planeta y medio. Algo no está andando”, alertó.

Al respecto, resaltó que los plaguicidas “son una huella que vamos dejando a los sistemas ecológicos” y expuso que tienen asociado un concepto de dinámica. Desde el momento de la aplicación, ocurrirán procesos en la atmósfera, en el suelo, y otros que vincularán el suelo con el agua. Se dan todos en forma simultánea”.

El caso de Pampa del Indio

Luego de hallar glifosato en el agua usada para consumo en Pampa del Indio en el año 2012, la medida cautelar interpuesta tuvo efectos y las pulverizaciones dejaron de hacerse en superficies cercanas a poblaciones. Así lo resumió la doctora química de la UBA y científica del Conicet, Alcira Trinelli, quien durante media década estudió el agua para consumo y riego en esa localidad chaqueña y en parajes de la zona donde predomina la población aborigen y con alto nivel de vulnerabilidad social.

“Sabíamos que en ese momento había aviones fumigando sin restricciones sobre la lejanía de las zonas pobladas. Encontramos niveles elevados, como las 500 partes por billón en la entrada de la planta de tratamiento de agua”, contó Alcira Trinelli.

Trinelli explicó que las muestras se tomaron en la planta potabilizadora, aljibes de escuelas, aguas de napas, Pampa Chica, Lote 4, Campo Medina y Campo Nuevo; el río Bermejo y la red de agua de Presidencia Roca. Hubo campañas de muestreo en 2012, 2013 y 2014.

“Gracias a la medida cautelar que se interpuso poco después de esos muestreos donde se halló glifosato, a partir de 2013 en las muestras no fue detectado nuevamente”, ponderó. Lo más preocupante, recordó, fue el agua analizada en la zona de Campo Medida, que mezclaba múltiples contaminantes.

El estudio en Pampa del Indio surgió por un pedido expreso de la comunidad qom de la región, ante la falta de acceso al agua de calidad, y se financió con recursos de un voluntariado, subsidios de la Subsecretaria de Políticas Universitarias y de la propia universidad.

Tal como detalla Trinelli, el objetivo fue analizar la calidad del agua para consumo y riego, y así poder generar una herramienta científica que sirviera para sustentar los reclamos de acceso al agua. “En todos los parajes encontramos algún tipo de tóxico, excepto en el río Bermejo y en Presidencia Roca”, concluyó la especialista.


Fuente: Foro Ambiental
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