Con la aprobación en el Parlamento Europeo del texto final de la directiva de Copyright, la Unión Europea ha perdido la oportunidad histórica de desarrollar legislaciones de derechos de autor adaptadas a Internet y al siglo XXI. Así se afirma en Xnet, el sitio del grupo fundador en España de #SaveYourInternet, una coalición compuesta por grupos internacionales unidos para coordinar la campaña sobre los peligros ocultos en la nueva Directiva Europea sobre Copyright.
Según afirma la mencionada publicación, lo que se ha votado es un texto tecnófobo, hecho a medida de los monopolios del copyright y que además no garantiza el derecho de los autores a vivir dignamente de su trabajo.
Esta amenaza se centra en las trampas ocultas principalmente en dos artículos:
- Artículo 13 (luego 17): prohibido subir contenidos sin licencia: Se considerará a las plataformas, responsables de cualquier infracción de derechos de autor que cometan sus usuarios y se les conmina a tomar medidas preventivas. Esto podría desembocar en el filtrado algorítmico de subida, es decir censura previa, automática y masiva de Internet.
- Artículo 11 (luego 15): Prohibido enlazar sin licencia: La propuesta del artículo 11, conocida como “Linktax” -impuesto al enlace- crea un nuevo «derecho» económico para la patronal de la prensa escrita. Este «derecho» además implica restringir indefinidamente la posibilidad de citarla, es decir que lo más seguro para cualquier plataforma será no enlazar a ningún medio sin permiso explícito.
En este análisis, la publicación asegura que con leyes de este tipo la patronal de la prensa podría acosar legalmente hasta el cierre a agregadores sociales y comunidades como Meneame o Reddit, eliminando a cualquier nuevo competidor y consolidando su posición monopolística.
El efecto que tendría estas normas arbitrarias sobre la libre conversación en Internet y sobre la difusión y acceso a la cultura y a la información sería devastador y contrario a la idea inicial de los padres de la World Wide Web, aquella de una arquitectura abierta para compartir enlaces sin restricciones. Esa fue la clave en su éxito.
Una propuesta democrática con vocación de consenso amplia, que hubiese aspirado a garantizar el trabajo digno de los autores sin vulnerar derechos fundamentales de los ciudadanos, debería haber partido de la base de que el concepto de autor o medio ha cambiado en los últimos 20 años. Desde el inicio de la web 2.0, el contenido generado por los usuarios ha pasado de ser un interesante experimento social a la realidad digital en la que nos sumergimos cada día. La UE, aseguran, ha perdido una oportunidad de tratar a sus ciudadanos como generadores de contenido y no como simples «ladrones de los contenidos» de una élite.