¿Y si para mejorar las habilidades de lectoescritura debemos volver a las lecturas diarias en el aula, a la medición de velocidades lectoras y a un aumento de las pruebas de comprensión lectora? ¿Por qué en lugar de buscar una app que nos solucione el problema no volvemos a lo que les funcionaba a muchos maestros? No es moderno decir lo anterior pero… a pintar uno disfruta y aprende más pringándose con témperas que haciendo diseños con el iPad. Bueno, eso hasta que les introducimos de forma subrepticiamente la necesidad de estar pegados a una pantalla. ¿Es malo usar pantallas para el aprendizaje? Claro que no. El problema es dotarlas de una falsa necesidad y ver si realmente no estamos perdiendo el tiempo haciendo ciertas cosas que, al final, pueden hacerse a mano de manera mucho más sencilla. La innovación de los pequeños detalles. La innovación como respuesta a un mal concepto de innovación que nos llevan vendiendo demasiado tiempo.
Jordi Martí, en ‘¿Y si lo más innovador en educación fuera no innovar?’