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Dignidad

claseEl «no te metás» ha hecho estragos en la historia de nuestro país, pero si además se combina con la repetición de discursos tan maliciosos como equivocados, la cosa se pone peor.

Cuando critiques un paro docente, pensá primero en quién se hace cargo de tus hijos durante una gran parte del día con todas las responsabilidades que eso conlleva, no sólo la de enseñarle. Pensá en dónde y con quién vos mismo aprendiste, aunque más no sea a leer y escribir, y no importa cual sea tu actividad laboral. Pensá que venimos haciendo desde siempre ese trabajo, a pesar de los escasos recursos, las corridas por el peso y las dificultades de cada día.

Creéme si te digo que gran parte de la culpa de que pienses así la tenemos nosotros mismos, por haber comprado tizas de nuestro bolsillo, dedicado fines de semana a planificar y corregir, soportado inútiles con cargo y aun así seguiendo adelante.

Y no me creo víctima, te aclaro. Hubiera cambiado de profesión hace rato si no creyera que el único cambio posible es a partir de la educación. Pero la dignidad también se educa.

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