Neil Armstrong, de él hablamos, falleció en agosto de 2012. Unos meses después Carol, su viuda, se encontraba limpiando un armario de la casa familiar y halló el sorprendente souvenir: un bolso McDivitt -llamado así en honor a su inventor, el comandante del Apolo IX James McDivitt-, conteniendo la cámara que usó Armstrong para registrar la llegada a la Luna, entre otras piezas y herramientas -en un total de 20, como se observa en la foto- que fueron identificados por el equipo del Apollo Lunar Surface Journal.
Después de un largo proceso de documentación, el Museo Nacional del Aire y el Espacio de Washington decidió hacer público el hallazgo, que se encuentra en exhibición en una muestra temporal.
Armstrong nunca mencionó, según se afirma, la existencia de estos elementos, ni siquiera a su biógrafo James Hansen. Según Allan Needell, curador de historia espacial del Museo, «los expertos fueron capaces de determinar con casi completa certeza que todos los elementos encontrados fueron utilizados en el Eagle«.
Según explicó Needell, «la cámara y otros objetos debían quedar en el módulo que se estrelló contra la superficie de la Luna después de regresar a los astronautas a la cápsula orbital». Pero ahora queda en evidencia que los tres astronautas, Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins decidieron conservar algunas de aquellas cosas como recuerdo.
En el año 2012, el presidente Obama firmó un decreto otorgando la propiedad legal de recuerdos como los que Armstrong guardó, tanto para los astronautas de la misión Apollo como para los de las misiones Mercury y Gemini. Si bien Armstrong ya había cedido parte de sus objetos personales, conservó el bolso de tela blanca que los astronautas llevaban para recoger sus cosas durante la travesía.
Entre los elementos contenidos en él estaba la cámara de 16 mm. que fue montada en la ventana del módulo de aterrizaje y que inmortalizó su famosa frase, «es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad».
Fuente: Clarin.com – Imagen: Lunar Surface Journal.