Tal vez si bombardean la tanda con publicidades de maestros dando clases en las escuelas y trabajando en sus propios hogares para completar la tarea del día, mientras una bandera flamea en el horizonte y un locutor imposta pasión en un mensaje cargado de lugares comunes sobre la argentinidad y el coraje, y los padres se juntan en las puertas de las escuelas a declamar el orgullo que sienten por aquellos que educan a sus hijos, y la presidenta los reúne a fin de año para decirles a voz en cuello el orgullo que siente por ellos, tal vez recién entonces este pueblo tan emotivo, frágil y vulnerable entienda de una vez por todas, que la educación es importante.
Fuente de la imagen: Educación y sociedad