En la trastienda de un estudio en la ciudad posindustrial de Essen, en Alemania, el autoproclamado biohacker Tim Cannon se hizo implantar un chip de computadora que puede grabar y transmitir sus datos biométricos.
El dispositivo subcutáneo, llamado el Circadia 1.0, consiste en una caja sellada -de un tamaño considerable- con una batería que se recarga en forma inalámbrica.
El procedimiento no fue realizado por un médico sino por un amigo de Cannon, y sin anestesia. El implante registra sus datos biométricos y los transfiere a cualquier dispositivo móvil que cuente con el sistema operativo Android. Es de código abierto, y permite al usuario un control total sobre cómo se recogen y utilizan los datos.
¿Signos de una revolución en ciernes, o señal de que estamos realmente complicados?
Fuente: Vice.com