Es un cuento familiar en la historia del homo faber que cuando consigues una herramienta nueva el primer impulso es decir que la herramienta te reemplazará; dejas que la máquina lo haga todo. Esto no es sólo para las computadoras. Vale también para las máquinas industriales, y antes de eso, pasaba con las herramientas científicas en el principio del Renacimiento. El tema es cómo ser más inteligentes en el modo en que usamos estas máquinas. Allí tengo que decir que el capitalismo realmente ha mostrado su rostro más horrible. Porque tenemos lo que son casi monopolios instantáneos en el mundo de la alta tecnología: Google, Microsoft y otros. Además, son tecnologías cerradas. Es decir, es muy difícil reprogramar cualquier programa se trate de de Microsoft o de reprogramar Google. (…) Es nuestro problema, y no el de la máquina, repensar cómo podemos usar las máquinas como prótesis, como herramientas, como ayudas en vez de simplemente usarlas para que hagan para nosotros lo que nosotros no queremos hacer… ¿Cómo podemos ver esta tecnología como una amenaza? La amenaza está dentro de nosotros mismos.
Richard Sennett, sociólogo estadounidense, en una entrevista de la revista cultural Ñ. Se puede leer completa haciendo clic aquí