Cuando hay un tiburón en el agua, no hace falta que seas más rápido que él; basta con que nades más ligero que los otros bañistas.
David Jones, publicitario
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Ay!… Hace 48 horas polemizaba en Facebook con gente de Campo Grupal por un comentario de este tipo.
Después de Freud sabemos que lo que no se puede decir en serio se dice en chiste. Parece una ocurrencia graciosa: corramos más rápido para que se coman a otro, en logar de pensar cómo nos asociamos para frenar al tiburón. Aunque el individualismo es una parte constitutiva de lo ser humano, resulta sorprendente con qué maneras exacerbadas hemos adoptado estas prácticas entre nosotros (copiadas quizás de sociedades más desarrolladas?).
Quizás habría que buscar allí la raíz profunda de los males que nos aquejan como nación: Nuestros vecinos regionales crecen todos y nosotros vivimos enfrentados y retrocediendo. Pero hemos aprendido a culpabilizar al más débil. Los pobres no son peligrosos, lo peligroso es la pobreza, decía una pintada que leí hace poco. Lo grave es creer que alcanza con correr más rápido que el que salió menos favorecido en el reparto, y eso ya garantiza que estamos a salvo.
abrazo
Bueno, Daniel, vos sabés que coincido con estos conceptos porque lo hemos hablado.
Seguramente mi error fue no contextualizar la frase y, claro, no hice más que confirmar que todo depende del cristal con que se lea, en este caso. Quién dijo la frase es un publicitario de gran predicamento entre sus pares y se refería a la competencia entre agencias en tiempos de crisis.
Lo que sí creo es que la solidaridad no debe ser un dogma sino una actitud de vida. Seguramente también coincidimos en esto, Daniel, y eso es lo que nos previene de anatemizar al que piensa diferente.
Nos toca hacer docencia, mientras vemos caer proyectos y ofender personas a causa, justamente, del egoísmo exacerbado. Pero también vemos crecer otros que tienen otro corazón, otra alma.
En fin. No creo que al tal Jones se le quite el sueño por lo que digo o pienso. Él está ocupado en nadar rápido. Y se me ocurre otro refrán: no le pidamos peras al olmo.
Las que conducen y arrastran al mundo no son las máquinas sino las ideas.
Victor Hugo, poeta, político e intelectual francés
La tecnología no comienza ni termina en la computadora o el celular, claro. Por eso creo necesario correr la mirada desde las nuevas tecnologías, tan presentes en la educación hoy, hacia las tecnologías en general, como un intento de recuperar el carácter social y el pensamiento crítico que deberían acompañar a los avances tecnológicos. Aunque por supuesto también hablamos de artilugios y dispositivos, aquí tomamos nota de otras cuestiones acerca de la tecnología que también importan.
Enrique A. Quagliano Docente, informático y comunicador.
Ay!… Hace 48 horas polemizaba en Facebook con gente de Campo Grupal por un comentario de este tipo.
Después de Freud sabemos que lo que no se puede decir en serio se dice en chiste. Parece una ocurrencia graciosa: corramos más rápido para que se coman a otro, en logar de pensar cómo nos asociamos para frenar al tiburón. Aunque el individualismo es una parte constitutiva de lo ser humano, resulta sorprendente con qué maneras exacerbadas hemos adoptado estas prácticas entre nosotros (copiadas quizás de sociedades más desarrolladas?).
Quizás habría que buscar allí la raíz profunda de los males que nos aquejan como nación: Nuestros vecinos regionales crecen todos y nosotros vivimos enfrentados y retrocediendo. Pero hemos aprendido a culpabilizar al más débil.
Los pobres no son peligrosos, lo peligroso es la pobreza, decía una pintada que leí hace poco. Lo grave es creer que alcanza con correr más rápido que el que salió menos favorecido en el reparto, y eso ya garantiza que estamos a salvo.
abrazo
Bueno, Daniel, vos sabés que coincido con estos conceptos porque lo hemos hablado.
Seguramente mi error fue no contextualizar la frase y, claro, no hice más que confirmar que todo depende del cristal con que se lea, en este caso. Quién dijo la frase es un publicitario de gran predicamento entre sus pares y se refería a la competencia entre agencias en tiempos de crisis.
Pero claro, no voy a hacerme cargo de cómo y por qué lo dijo. A quién le interese, la nota está en http://www.ieco.clarin.com/marketing/Crecimiento-resultado-cero-buen_0_86700031.html. El lector sacará sus propias conclusiones.
Lo que sí creo es que la solidaridad no debe ser un dogma sino una actitud de vida. Seguramente también coincidimos en esto, Daniel, y eso es lo que nos previene de anatemizar al que piensa diferente.
Nos toca hacer docencia, mientras vemos caer proyectos y ofender personas a causa, justamente, del egoísmo exacerbado. Pero también vemos crecer otros que tienen otro corazón, otra alma.
En fin. No creo que al tal Jones se le quite el sueño por lo que digo o pienso. Él está ocupado en nadar rápido. Y se me ocurre otro refrán: no le pidamos peras al olmo.
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