La frase del título fue escrita en un artículo de MateriaBiz.com, titulado Una laptop por niño, ¿un noble proyecto arruinado por las corporaciones?, que por controvertido no deja de ser interesante al provenir de una publicación de negocios.
A la luz de lo que la nota plantea surgen ciertas cuestiones, como por ejemplo, si no se habrá perdido definitivamente el sentido original del proyecto. Pero si es cierto que mucha gente de bajos recursos se está beneficiando con lo que está sucediendo, bienvenido sea.
Nos parece útil entonces reproducir el artículo completo:
En el Foro Económico Mundial de Davos 2005, un gurú de la tecnología propuso fabricar laptops a 100 dólares para que todos los niños del mundo pudieran tener una. Pero las corporaciones de la computación podrían arruinar la iniciativa…
En 2005, en la alpina aldea suizo de Davos, Nicholas Negroponte, fundador del mítico Media Lab del MIT, propuso a los poderosos del mundo tecnológico unir esfuerzos para fabricar una notebook lo bastante barata como para que todos los niños del mundo pudieran tener una. Las implicancias sociales del proyecto «una laptop por niño» eran enormes. ¿Qué mejor forma de integrar a millones de hijos de familias humildes en la revolución del conocimiento? Las perspectivas iniciales eran inmejorables. Al poco tiempo, se subieron al proyecto corporaciones de la talla de Google, News Corp, eBay y AMD.
En un primer momento, Negroponte fijó un objetivo de pricing a 100 dólares por unidad. Pero pronto quedó claro que el precio resultaba inviable y se lo elevó a unos 175 dólares. Lo interesante, señala una investigación de Harvard Business School, es la reacción estratégica de los gigantes del hardware. El lanzamiento del proyecto en 2005 hizo que los grandes fabricantes globales de notebooks descubrieran grandes oportunidades de la base de la pirámide y orientaran sus esfuerzos de I + D en alcanzarlos. En otras palabras, se convirtieron en potenciales competidores de «una laptop por niño» en el segmento de las computadoras baratas.
En julio de 2007, Everex anunció que empezaría a vender notebooks en Wal-Mart por 300 dólares. Lenovo, por su parte, lanzó un modelo a 200 dólares para la población rural china. Así, los grandes jugadores mundiales del mercado del hardware han aprovechado la visibilidad del proyecto de «una laptop por niño» para incursionar ellos mismos en la base de la pirámide. Por un lado, puede ser frustrante para Negroponte que las empresas hayan convertido su idea concebida para fomentar la igualdad de oportunidades en una variable estratégica sin más objetivo que buscar rentabilidad en nuevos nichos.
Aunque, desde una perspectiva más amplia, la reacción de los grandes jugadores del hardware podría ser la mejor noticia para los pobres. En efecto, por primera vez se están lanzando al mercado modelos al alcance de cualquier bolsillo y se están sumando al mundo informático miles de personas que, hasta hace poco, nunca habían operado una computadora. En definitiva, nadie sabe si finalmente tendrá éxito el proyecto filantrópico de una laptop por niño. Pero lo que sí es seguro es que, antes de lanzar la máquina, los efectos benéficos del anuncio ya se están haciendo sentir. Un buen caso donde los incentivos de mercado terminan siendo más veloces que las motivaciones éticas a la hora de mejorar la situación de los menos aventajados.
El fin de los avances tecnológicos debería ser beneficiar a cuantos sea posible, como el ejemplo, que siempre uso, de la mejora en la calidad de vida de las personas a partir de las vacunas o la energía eléctrica. Pero hay que estar alertas: ¿en donde quedan aquellas consideraciones éticas, entonces, si el mercado le «ganó de mano»?
Ud., ¿que opina?
Fuente: MateriaBiz.com
Enrique: tu nota ciertamente es muy buena ya que refleja lo que cotidianamente nos pasa en la vida con todo, y este proyecto del MIT no va a ser una excepción. Hace un tiempo escribí notas sobre ésta iniciativa de OLPC, pero creo que aún hoy encuentro más opacidades que luces en la «puesta en práctica» de dicho propósito. Ojalá me equivoque, pero muchas veces me cuesta pensar cómo se llevará a cabo la materialización de este proyecto en nuestro país, o mejor dicho en nuestra ciudad. Las razones, creo que a esta altura, ya las conocemos todos y lejos de ser prejuicios son realidades.
Esperemos que los niños no salgan perjudicados una vez más por todo esto. Saludos!
Gracias por el aporte, con el que coincido plenamente. Lamentablemenete, esta incertidumbre que se refleja en tus palabras no es producto de la desazón o abandono propios, sino del cansancio de observar buenas iniciativas caerse por la desidia oficial. Es decir, nos cuesta creer, al menos en mi caso.
Yo sigo el tema desde hace mucho tiempo, y la verdad es que no aliento muchas esperanzas, sobre todo después de las últimas decisiones al respecto, como el abandono de la inclusión de software libre en las notebboks, por caso. Parece que los intereses corporativos pesan más que la urgente necesidad de implementación que tiene el proyecto. Aunque debe reconocerse cierto esfuerzo, como en Santa Cruz, por ejemplo, siguen siendo hechos aislados y hay mucha incertidumbre en general.
Si querés hacernos llegar alguna de tus notas, con gusto las publicaremos. Todo suma. Hay otras personas, como Diego Levis en Tecnoculturas (el link está en el blogroll) que dicen cosas muy importantes al respecto, y todo lo que reciben son críticas, pero ningún aporte que sirva.
Gracias, otra vez,