Hoy estuvimos en la celebración del décimo aniversario del proyecto «La ciudad de los niños», que inció la Municipalidad de Rosario en 1997. La Cortada Ricardone se cerró para transformarse en un espacio de juegos para chicos y grandes, y el Teatro La Comedia, recuperado para la cultura por el gobierno municipal, se llenó de chicos y de emoción al repasar la historia a través de un documental, con los propios chicos bailando como cierre de la recordación. Es tan bueno y valioso, por importante, el trabajo que tanta gente hace por los chicos que me pareció bueno rescatar del sitio de la Muni los fundamentos y objetivos del Proyecto. Dice así:
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Proyecto «La ciudad de los niños»
Presentación
La nueva Ciudadanía
Rosario es una ciudad que padece las problemáticas que tienen las grandes urbes del nuevo siglo: especialización del espacio, prioridad de su valor comercial por sobre la concepción del espacio como ámbito de múltiples intercambios, malestar en la democracia, un núcleo de problemas sociales muy grande en los alrededores de la ciudad que demanda servicios.
En esta situación original se impone la descentralización, dándole un nuevo sentido a la ciudad como un lugar más vivible. La descentralización y la participación ciudadana son elementos esenciales para una nueva política del espacio público, entre los cuales la planificación urbana es fundamental. Tan fundamental como todo tipo de acciones y políticas públicas que dinamicen y favorezcan la apropiación del espacio público por el ciudadano. De esta manera, se fortalece el sentido de pertenencia y el protagonismo de cada uno en la construcción de una nueva ciudad.
Generar una estética que invite a los ciudadanos a experimentar el placer de recorrer la ciudad, redescubrirla y recrearla, participando con otros en la transformación concreta de los espacios. Entendiendo que la nueva ciudadanía no se construye solamente con programas de información y formación de derechos, ni que el ejercicio de los mismos puede quedar librado a la acción espontánea de la comunidad, Rosario encuentra en los Consejos de Niños y Niñas , organizados en cada distrito descentralizado, un mecanismo institucional de enorme implicancia en la vida democrática y gran valor creativo para orientar su acción de gobierno.
Inspirado en las experiencias del pedagogo italiano Francesco Tonucci, el proyecto “La Ciudad de los Niños” crece en nuestra ciudad con la creación de Consejos de Niños por cada distrito para la planificación urbana. No se trata de gobernar para los niños, sino de gobernar con los niños creando espacios institucionales donde se garantiza el derecho a ser escuchado y a participar activamente en la vida democrática y la transformación de la ciudad. Se busca la constitución de una nueva ciudadanía con ejercicio pleno de derechos, propiciando su influencia social como grupo de opinión y su capacidad creativa para profundizar los cambios en la sociedad. No se trata de crear una ciudad a la medida de los niños. Rosario realiza su experiencia en el proyecto con el enfoque: desde y con los niños, en la transformación de la ciudad para todos.
El espacio físico donde funciona la sede del Proyecto es la antigua estación de ferrocarril Embarcaderos, en el barrio de Refinería. Ese lugar, una vieja casona reciclada que aún conserva parte de su mobiliario original, representa el punto de partida del viaje que niños y adultos emprenden juntos hacia una ciudad más justa y equitativa. En reconocimiento al proyecto Ciudad de los Niños, Rosario recibió en 1999 la mención honorífica de “Ciudades por la Paz”, otorgada por la UNESCO en La Paz, Bolivia. En este lugar, elegido como sede por poseer el título de Capital de la Cultura Amerindia, el intendente de esa gestión, Hermes Binner, recibió la distinción de manos de Federico Zaragoza, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
En 2003, la ciudad recibe un nuevo premio por sus Prácticas de Gobernabilidad, otorgado por el PNUD (Naciones Unidas), valorando los logros alcanzados con la implementación del Proyecto.
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Ojalá no se pierda. Por cien, mil años más.