Un ¡qué lo parió! bien grande porque nos agarró por sorpresa aunque sospechabamos algo.
Finalmente e increíblemente, el Negro Fontanarrosa nos dejó tristes una tarde. Pero después de tantas alegrías, esta se la perdonamos.
Él, que le puteó a la Academia (la de Letras, no LKD) en su cara y en su cancha, nos hace esta jodita.
Un grande.