Hoy leía en un blog sobre el mundial un comentario a un post, en el que alguien describía amargamente algunas actitudes triunfalistas y en el límite con la soberbia que solemos tener los argentinos con el futbol en particular, y con la vida en general.
Esta persona muy enfáticamente afirmaba que las razones de este mal son culturales, en un texto con una cantidad de faltas de ortografía asombrosas.
Está bien, una tilde menos o una x por un par de c pueden no ser signos de incultura. Escribir «companía», como escribió una colega días atrás en una nota puede ser sólo distracción. Pero se está escribiendo mal, muy mal, esa es la realidad.
Se han multiplicado los medios para expresar las ideas y opiniones, gracias a la cantidad de avenidas que abre la red para ello. Habría que tener un poco más de cuidado y usar un poco más el diccionario si se tienen dudas.
Después de todo, lo que decimos es importante. Pero cómo lo decimos (o escribimos), también.